ACTO I

8 par­tic­i­pantes sen­ta­dos en cír­cu­lo (A, B, C, D, E, F, G, H). Empezan­do por A y ter­mi­nan­do por H, cada per­sona toma su turno en orden (alfabéti­co = en sen­ti­do con­trario a las agu­jas del reloj), pro­nun­cian­do en voz alta la pal­abra de su tar­je­ta en el orden numer­a­do (1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8).

A comien­za pro­nun­cian­do “VID”.

Serie 1:
8 cic­los de 8 pal­abras (64 pal­abras)
nota musi­cal
Serie 2:
8 cic­los de 8 pal­abras (64 pal­abras)
nota musi­cal
Serie 3:
8 cic­los de 8 pal­abras (64 pal­abras)
nota musi­cal
Serie 4:
8 cic­los de 8 pal­abras (64 pal­abras)
nota musi­cal
Serie 5:
8 cic­los de 8 pal­abras (64 pal­abras)

inter­lu­dio musical


ACTO II

A comien­za pro­nun­cian­do “SOL

Serie 1:
8 cic­los de 8 pal­abras (64 pal­abras)
nota musi­cal
Serie 2:
8 cic­los de 8 pal­abras (64 pal­abras)
notas musi­cales
Serie 3:
8 cic­los de 8 pal­abras
nota musi­cal
Serie 4: 
8 de 8 pal­abras (64 palabras)

inter­lu­dio musical


ACTO III

La músi­ca se cal­ma pero con­tinúa suave­mente en un flu­jo con­stante y firme

24 cic­los con­tin­u­os de aso­ciación libre espon­tánea en el cír­cu­lo.

Los par­tic­i­pantes son libres de selec­cionar cualquier pal­abra de cualquiera de sus tar­je­tas de ACTO I y ACTO II. Pueden con­stru­ir sus propias secuen­cias cor­tas (has­ta tres pal­abras) para for­mar una con­struc­ción poéti­ca sub­je­ti­va. Pueden con­ju­gar ver­bos o cam­biar el género de los adje­tivos si lo desean, pero cada pal­abra que pro­nun­cien debe for­mar parte de su ofer­ta indi­vid­ual de pal­abras. Se ani­ma a los par­tic­i­pantes a respon­der a las pal­abras de los demás con sus propias pal­abras, uti­lizan­do cualquier medio de conex­ión inten­ciona­da (rit­mo, rima, alit­eración, lóg­i­ca semán­ti­ca, instin­to poéti­co sub­je­ti­vo), o pueden sim­ple­mente exper­i­men­tar con yux­ta­posi­ciones aleato­rias.

A comien­za con “VID, VIDA, VIDAJENA”. El flu­jo de pal­abras con­tinúa durante al menos 24 cic­los. Después de 24 cic­los, A tiene la tarea de ter­mi­nar el flu­jo pro­nun­cian­do “ZORRILLO, ZORROCLOCO, ZORRÓN”.

Los par­tic­i­pantes per­manecen en silen­cio, sólo se oye la músi­ca. La músi­ca con­tinúa durante un momen­to inde­ter­mi­na­do y luego se detiene.

Fin.